Description
La avicultura es una de las actividades pecuarias más criticadas desde el punto de los consumidores, debido al uso de sistemas de alojamiento que utilizan albergan gran cantidad de animales bajo condiciones controladas. En pollos de engorde se han identificado algunos factores críticos, que mal controlados, pueden afectar el bienestar de los pollos, entre ellos la cantidad de animales que se alojan y las condiciones de las instalaciones que propician la presencia de amoníaco, el estrés de calor y la humedad de la cama. El crecimiento acelerado, la presencia de cojeras, de pododermatitis, enfermedades metabólicas como el síndrome ascítico, las condiciones de ayuno, captura, transporte, tiempo de espera en el antemortem, el sacrificio y la insensibilización son los principales factores que pueden afectar el bienestar de los pollos de engorde. En gallinas ponedoras los principales factores identificados son el alojamiento y el tipo de jaula, el recorte de pico, el picaje y el canibalismo. Otros aspectos relacionados con cualquier tipo de ave son los planes de emergencia y prevención de desastres y la relación con los cuidadores.
Evaluar el bienestar animal es de los aspectos más complejos dentro de esta disciplina. La forma más común de medir el bienestar animal tiene que ver con la forma en que el animal responde y enfrenta su medio ambiente. Frecuentemente se examina la manera en que los animales toman decisiones e integran y seleccionan los diferentes factores en sus sistemas de acuerdo a sus preferencias. Los criterios para evaluar el bienestar animal se han dividido en dos tipos de indicadores, los basados en el animal o en resultados y los basados en criterios de diseño o en recursos (Rushen y Pasillé 2009, OIE 2016). Los indicadores basados en el animal se colectan directa o indirectamente del animal y son resultado de la respuesta de éste al ambiente. Son reflejo del estado del animal al momento de la observación. Los indicadores basados en el animal se pueden dividir en indicadores de comportamiento, de dolor, productivos, patológicos o de salud y fisiológicos.
Los criterios basados en el diseño o en recursos se basan en los requerimientos ambientales físicos y sociales, en estándares de manejo producto de la experiencia y del conocimiento científico de la especie y de la experiencia práctica (Webster 2009). Los indicadores basados en recursos, reflejan la compleja interacción existente entre diferentes variables, por ejemplo, la experiencia, la actitud de los operarios y cuidadores (OIE 2016). Ejemplos de estos indicadores son la temperatura ambiental, condiciones de las instalaciones y algunas prácticas de manejo.
Medir el bienestar no es simple, algunos de los factores que complican las mediciones están relacionados con el tipo de estímulo y la respuesta del animal (Barnett y Hemsworth 1990), a variaciones individuales, el tiempo de exposición al estímulo, el momento en que se realiza la medición (Fraser 1995, Asher et al. 2009), la falta de especificidad de algunas respuestas (Mason y Mendl 1993), la preferencia o aversión del animal por un determinado ambiente debida a experiencias pasadas (Nicol et al. 2009) y a la interpretación (Botreau et al. 2007) y a los juicios éticos, morales y religiosos de los evaluadores (Dawkins 2004) entre otros factores.
Para evaluar el bienestar animal es importante conocer el alcance de cada indicador y los factores externos al bienestar que afectan la respuesta del indicador, algunos indicadores presentan poca especificidad o son poco sensibles a ciertos problemas de bienestar. Otros están diseñados para ser usados a nivel experimental y no bajo condiciones comerciales. Se recomienda el uso de varios indicadores para obtener mejores resultados y conocer muy bien los factores que interfieren o afectan los problemas de bienestar antes de elegir cada indicador.
Existen muchos protocolos de evaluación del bienestar de las gallinas y pollos de engorde a nivel comercial, privados o gubernamentales que se basan en estándares de manejo o indicadores basados en recursos para los que aplica una calificación. También existen protocolos de evaluación basados en el animal (Whay et al. 2003, EFSA 2015) y es posible encontrar guías de evaluación que combinan diferentes tipos de indicadores y abordajes, principalmente basados en el enfoque de las “5 libertades” de los animales.
Evaluar las condiciones bajo las que se crían y mantienen las aves es básico para poder garatinzar su bienestar, sin embargo; las respuestas de estos animales al estrés son complejas. Se requiere mayor investigación a nivel comercial que permita establecer citerios de evaluación que mejoren las condiciones de los animales y que respondan a los intereses de los consumidores, sin que se conviertan en barreras comerciales.